Remigio, un rincón con vida

Lo quiera o no, la misión del tiempo es dejar de manera inexorable tras su paso recuerdos y retazos de historia. También rincones que de una u otra manera llegan a formar parte de nuestras vidas, y como no, de las vidas que el tiempo puso en ese mismo lugar antes que a nosotros. Lugares que se convierten en únicos gracias al incansable caminar del tiempo dejando su huella en los recuerdos, la historia y en la vida.

Y eso lo saben bien las paredes, las mesas y la cocina del Hostal Restaurante Remigio. Aunque como ocurre cuando el tiempo juega sus cartas este emblemático rincón de Tudela cambió de nombre y de propietarios. Pero lo que nunca ha abandonado, por mucho que el tiempo insista, ha sido su esencia. Una atmósfera de la que solo puede dejar marca los años y que aun flota y se puede respirar en nuestros días. Esa es la magia. Ese es el misterio.

Y como todo tiene un principio, la historia del Hostal Restaurante Remigio comenzó en el siglo XIX. El año, 1839. Don Julián Pelairea y su esposa Doña Martina Zunzarren compraron esta casa en Tudela que se convertiría en la Posada Pelairea. Posada familiar y que pasó de padres a hijos. Al igual que el tiempo, las personas también viajan, y en 1864 el gran poeta romántico Gustavo Adolfo Becquer visitó la posada en su camino hacia Veruela. A día de hoy aun revolotea un halo de ese romanticismo tardío en los salones de este Hostal Restaurante que fue posada. Y también Fonda. En 1905 Don Remigio González comienza a regentar el establecimiento, conocido entonces como Fonda Europa. A principios del siglo XX ,y ya como hotel, se empezó a llevar a cabo la actividad de distribución y exportación de verduras, seña de identidad gastronómica de Tudela y la Ribera de Navarra de las que el Hostal Restaurante Remigio es orgulloso embajador. A día de hoy aun se pueden disfrutar en su salón principal de las maderas artesanalmente trabajadas que en 1936 se trajeron de un restaurante de San Sebastián. Y poco a poco, año a año, el tiempo nos va acercando hasta nuestros días.

Es en 1963 cuando la familia Salcedo-Zabalza se hacen cargo del Hostal Restaurante, ya si, Remigio. Familia de tradición hostelera ya que poseían el conocido Restaurante Choco. Y desde esos tempranos sesentas ya van tres generaciones, ahora Salcedo-Irala. Respetando un ideal. Abriendo sus puertas para que todo el mundo pueda disfrutar de la gastronomía de una tierra y de alojarse en el salón de Tudela. Creciendo sin olvidar las raíces. Sin temer el paso del tiempo, por que en eso consiste la vida, porque eso nos hace aprender y más grandes, porque eso marca nuestros recuerdos y ser un retazo de la historia. Un rincón con vida.

Pasen y disfruten del tiempo.

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